La lluvia roja que tiñó Zamora
Éxodo 7-20: “Y todas las aguas se convirtieron en sangre”. En una fría mañana de otoño de 2014, las aguas de la localidad de Fuente Encalada y Ayoó de Vidriales amanecieron rojas. Un reciente estudio publicado en la Revista de la Real Sociedad Española de Historia Natural desvela el misterio de la “lluvia de sangre” que cubrió Zamora.
Durante meses, el fenómeno de la lluvia roja se repitió en Zamora. Un vecino de la zona, Joaquín Pérez, extrañado por el color de las aguas, me hizo llegar unas muestras de este sorprendente episodio, nunca antes visto en la provincia. A partir de ese momento decidimos realizar una toma de muestras de lluvia mediante la colocación de recipientes en los tejados del pueblo de Ayoó de Vidriales.
Haematococcus pluvialis, un alga verde que se vuelve roja
Tras los detallados análisis que se realizaron con microscopios electrónicos de última generación en el laboratorio de la Universidad de Salamanca, pudimos determinar el origen de esta singular lluvia: “un alga verde”. Este microorganismo, llamado Haematococcus pluvialis es un alga verde de agua dulce, unicelular. En condiciones de estrés, el organismo segrega una sustancia, conocida como astaxantina, que le proporciona una tonalidad rojiza.

El ciclo vital del alga es sencillo. Consta de cuatro estadios: el primero corresponde a una célula vegetativa, caracterizada por la presencia de unos pequeños flagelos que la ayudan a desplazarse. Este microorganismo es sensible a los rayos ultravioleta, la escasez de nutrientes y la salinidad del agua, por lo que en condiciones de estrés en el ambiente, se enquista, perdiendo los flagelos. Si estas condiciones adversas perduran en el tiempo, el alga aumenta la producción de astaxantina, adquiriendo una coloración aún más roja y destruyendo la pared celular que la recubre (estadios II-IV). Estas condiciones pueden revertirse en cualquier momento volviendo a germinar y apareciendo nuevos flagelos.

Ni “Chemtrails” ni contaminantes químicos en el agua
El intenso color rojo que adquirieron las aguas durante semanas fundó entre la población local toda una serie de mitos y leyendas a su alrededor. No faltaron las teorías conspirativas, basadas en razonamientos pseudocientíficos y en literatura fantástica. Así, los habitantes de Fuente Encalada, donde el fenómeno se repitió durante meses, llegaron a pensar en la posibilidad de que las fuentes del lugar hubiesen sido envenenadas por rencillas personales entre vecinos, o la presencia de productos químicos en la atmosfera, lanzados desde los aviones que cada mañana cruzan el cielo zamorano ―los llamados chemtrails o estelas químicas―.
El estudio científico permitió descartar todas estas ideas pseudocientíficas aportando un origen biológico a este singular fenómeno que aún hoy, sigue ocurriendo en Zamora y otras provincias próximas como León y Salamanca.

Las algas procedían del otro lado del Atlántico
Tras confirmar el origen biológico de la coloración de las aguas. El equipo investigador, formado por geólogos, paleontólogos y un biólogo, analizó los datos meteorológicos para cercar la procedencia del alga. Para ello se realizó el análisis estadístico de datos de precipitaciones y vientos. Los resultados permitieron concluir que, para los días en los que se registró la presencia del microorganismo (con la precipitación), los vientos procedían de la fachada atlántica.
El siguiente paso fue analizar los lagos y pantanos próximos situados al oeste de Fuente Encalada y Ayoó de Vidriales. En ninguno de ellos, en 100 km a la redonda, se pudo localizar la presencia de H. pluvialis. Esto nos hizo pensar en la posibilidad de que, ayudado por el sistema montañoso que forman las alineaciones de la Sierra de Carpurias al norte y La Culebra al sur, los vientos atlánticos se canalizarían, impulsando el alga hacia el interior peninsular. La existencia de H. pluvialis en Norte América nos hace pensar que, con la orientación que presentaban los vientos durante los días en los que se registró su presencia, podría haber viajado a través del Atlántico transportada por las jet-stream (corriente del Atlántico Norte), hasta nuestro país.

Haematococcus pluvialis, algo más que un alga
H. pluvialis es la responsable de dar la coloración anaranjada a la carne de peces como el salmón o la trucha y también del tono rosa pálido que adquiere el plumaje de los flamencos, cuando estos se alimentan en zonas de agua dulce.
La sustancia que produce (astaxantina) tiene numerosos beneficios para el ser humano. Entre otras, quizás la más significativa es su potencial en vitamina C y E, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Además, en dosis pequeñas es capaz de reducir la formación de arrugas en la piel y ayuda a incrementar la capacidad cognitiva en los niños. También ha sido utilizado en medicina para proteger contra los problemas oculares como la degeneración macular o las cataratas. En los hombres, sin embargo, un consumo excesivo puede causar disfunción eréctil.

La cadena británica BBC grava en Zamora un documental sobre ciencia
El interés suscitado en los medios durante las semanas posteriores a la publicación del artículo llevaron a varias cadenas internacionales a gravar un documental sobre este curioso episodio de naturaleza en estado puro. Así, el Canal Travel americano y la cadena británica BBC dedicaron sendos documentales a esta curiosa alga. Podéis ver un fragmento en este vídeo del programa de la BBC2 Nature’s Weirdest Events.
Puedes encontrar más información sobre este curioso organismo aquí
REFERENCIAS
- Javier Fernández-Lozano, Antonio Guillén-Oterino, Gabriel Gutiérrez-Alonso, José Abel-Flores y Joaquín Pérez-Turrado. Presencia de Haematococcus pluvialis (Flotow, 1844) en la provincia de Zamora (Haematococcaceae)
- La lluvia roja que tiñó el agua de un pueblo de Zamora
- La “lluvia roja” que tiñe el agua de los pueblos de Zamora
- La Universidad resuelve el misterio de la lluvia roja en Zamora
- Lluvia de “sangre” en Zamora